viernes, 27 de marzo de 2009

jueves, 26 de marzo de 2009

EWÁ

Yewá (Ewá – Yeyê Wá – Wagbê)


El origen de este Vodun se encuentra en Dahomey, y sus primeras referencias concretas para la cultura occidental europea, datan del siglo XVIII, cuando tanto franceses como ingleses rescataron datos antropológicos y culturales de las tribus de esa parte de África.
Es un vodun femenino, de la familia del gran Vodun Dambirá. Aparece como hija de Toy Azonze y de Dambala; hermana de Bozalabé. Nace para ser el símbolo de la pureza y la belleza de los dioses dahomeanos. Desde su nacimiento a su faz adulta, Yewá es sostenida en el culto de Dan, donde representa la franja blanca del arco iris, que a la vez, comparte con Ojiku. De Dan es precisamente de quien recibe el poder de la videncia, la riqueza y de todos los corales marinos, a los que “pastorea” con su clásico arpón. Esta referencia a los corales, conocida la característica vital y orgánica de los mismos, es la que más tarde, cuando emigra con la guerras africanas hacia Nigeria, Níger y Sudán, es la que permite entender el por qué la cultura yoruba la inserta en la transformación de la materia orgánica, relacionándola con Omulú, Inhassã, Irokô, por tanto, los muertos y los cementerios. Su mítica y mística belleza física es autóctona del Dahomey y del culto al vodun, así como también su alegoría con la música, la danza, la alegría y, sobre todo, el canto. De todas formas, en la tierra yoruba sigue conservando algunos de esos valores, aunque la mayoría se esmera en adjudicarle lo taciturno, la soledad, la virginidad, el aislamiento, la tristeza, dada la relación mencionada que le fue impuesta culturalmente con los Orixá de la transformación orgánica, la muerte y el ciclo permanente de vida y muerte, sobre todo, de los seres humanos.Desde la mentalidad de los Ewé, pasa a ser cerradamente custodiada por los demás vodun, como símbolo de la virginidad y la pureza. Difícil desde esa perspectiva no apasionarse con Yewá, por el misteriosa y bellaza que la envuelve. Los castigos eran duros cuando no se respetaba el claustro de sus templos, siendo muchos penados y escarniados por los demás vodun, frente a cualquier falta hacia esta diosa.Representada en la puesta del sol, controlando el fenómeno visual y horario del día hacia la noche, custodiada por dos bravos guerreros que no permiten a nadie acercarse a ella en ese instante. Por ello, cada atardecer sus templos cerraban las puertas, y en algunos lugares no era prudente hacer música, cantar o danzar en el atardecer. Más tarde, con su migración hacia las tierras yoruba, no solo se pierde ese concepto, sino que hasta se revierte, siendo que, algunos ilé de Bahía, hasta hoy día, le rinden culto, encendiendo sus velas, cambiando sus aguas, y realizando todo tipo de atenciones de la rutina del culto al orixá, precisamente en el atardecer, para Yewá. A causa de esa misma migración desde Dahomey (hoy mayoritariamente en extensión geográfica, Benin), hacia el norte de Nigeria, es que cambia hasta sus colores. Una leyenda explica que sus dos guardaespaldas, vestidos de blanco inmaculado al igual que su protegida, como símbolo de la pureza, se descuidaron en un atardecer, y una gallina se acercó a la diosa, escarbando la tierra y ensuciando sus blancas vestiduras. Enfurecida, o mejor dicho, reaccionando frente al embate de la impureza, pasa a despreciar a las gallinas, transforma a sus dos guardianes –que simbólicamente eran dos gansos blancos, en dos cisnes negros, y cambia el color blanco de su ropa, por los del atardecer, rosado o anaranjado, y verde pálido. Siglos después, en Congo y Angola, adonde también habían llegado las influencias de vodun y orixá, se adapta el mito, mostrando que la creación de la gallina de cinco “dedos”, es obrada por Yewá, a partir del mito dahomeano y yoruba, de la gallina con los gansos luego cisnes.Incluso, la influencia Angola en Bahía, es la que medianamente impone el uso de velas de ambos colores –rosado y verde- como votivas del orixá Yewá.

La mítica que la involucra con Oxosse es también a causa de las migraciones del norte al sur, de Dahomey a Nigeria, donde los hombres emigran con sus vodun, para relacionarlos con los orixá, similar a lo que acontece con los dioses griegos emigrando hacia Sicilia, remontando la península itálica y dando parte de la forma final del panteón de dioses romanos; Zeus – Júpiter; Poseidón – Neptuno; etc.Sin dudas, las tribus que huían hacia el sur, se amparaban en la zona selvática del norte nigeriano, donde, naturalmente, Oxosse en uno de los principales orixá, entre los ketu y los nagó. Así como Oxosse protege a los fugitivos de esas guerras devastadoras, de donde surgen los primeros esclavos comercializados por los mismos africanos triunfadores y comprados a ellos por los europeos que los embarcaron hacia en Nuevo Mundo y también hacia Europa en menor cantidad, la saga de los vodun y de los orixá también se ve involucrada en el cambio cultural ineludible a que se vieron expuestos los hombres.Aquel Dan vodun que protegía a Yewá, pasa a ser reemplazado por Oxosse, y más tarde por Oxumaré, que resultaba ser más similar al Dan primigenio. Es fácil y común ver, en las paredes de algunos pocos barracones bahianos, pinturas, similares a las apreciadas en el noroeste africano, sobre la costa occidental atlántica, que representan indistintamente a la serpiente arqueada, el arco iris (a veces ambos en el mismo lugar) y la clásica pero muy moderna en ese caso, de la serpiente en círculo, que muerde su propia cola, como representación de Dan, Oxumaré, Bangbé, Béssem, expresados así según la raíz de los clanes familiares fundadores de esos barracones donde se encuentran los ile axé que rinden culto al orixá y al vodun, y a veces a ambos, con reservas notables, en ese último caso.
El rescate de Yewá por parte de su padre Azonze, en las florestas de Oxosse, muestra culturalmente el momento en que se reconocía la simbiosis entre los emigrantes dahomeanos y los autóctonos nigerianos, pasando a compartir una sociedad humana organizada y firme. Nótese, por ejemplo, el término Gege, asimilado como nación de las más importantes en la religión afro brasileña, que significa justamente desde la lengua yoruba: extranjero. Yewá es el vodun que más claramente expone con sus mitos y cambios de características dicha coyuntura histórica. Los dioses de la mano de los hombres, para luego los hombres ir de la mano de los dioses, hasta hoy.
Esa forma de mancomunar sociedades y culturas es una constante en la Historia Universal. Por ello, valga la leyenda, cuento y casi mito, que sigue a continuación, referente a Yewá, ya instalada en América del Sur, concretamente en Bahía, pero no la urbana de Salvador, sino la sertaneja, rural y agricultora.Aroni, o Arooni, más al norte Caipoora, más al sur, siempre dentro del nordeste brasileño, Sací Pereré, un duende o gnomo de la floresta, parte de la tradición amerindia pero también directamente relacionado y aceptado por el culto al orixá en esa zona – de allí la relación que se le adjudica con Ossain u Ossanha, al grado que al propio Ossain en algunos lugares se le representa con una pierna sola, en aparente semejanza con Aroni, que sí desde el vamos posee una sola con la que vive a los saltos en las florestas-, un día, al atardecer, estaba mirando hacia el cielo, y se maravilló del color rosado que éste presentaba, entre las primeras estrellas que comenzaban a verse. De pronto, le pareció que dos de ellas –alfa y beta de la Cruz del Sur (Cruzeiro do Sul), lo miraban.

Asombrado, llamó a Exu, para preguntarle que eran aquellas dos estrellas. Este Exu ya muy americanizado y al sur del Ecuador, le explicó que eran los ojos de Yewá (el orixá se había establecido con mitos y leyendas propias ya en el Sur). Agregando que el color rosado del atardecer era el vestido de la diosa africana.Con esos ojos es que ella ve todo lo que pasa en la tierra desde el cielo (eterna conjunción imprescindible del Aiye con el Orun).Aroni quiso subir al cielo para hablar con Yewá. Exu le explicó que eso era difícil, dado que ella es muy solitaria, esquiva, puesto que se le considera la Señora de los Misterios de la Vida. Y por eso, controla todo lo que es nuevo, o virgen; selvas y ríos aún no pisados por el hombre, mujeres púberes, huevos fecundados pero aún en el cuerpo de las aves. También dueña de la videncia. Por ella están amparados aquellos que tienen esa cualidad de “ver” el futuro.Quizás por eso es que también posee la franja blanca del arco iris, color que en la fotosíntesis no da acceso a los rayos de luz solar, a la inversa del negro que los absorbe todos.Atento a la explicación de Exu, cuando Aroni volvió a mirar al cielo, Yewá ya no estaba, pues el sol se había ocultado totalmente. Los dos amigos caminaron por el monte, hasta llegar a una laguna, donde, oh sorpresa, encontraron a Yewá, la nocturna, en la laguna.Pero cómo?, pregunto el duende: no era que estaba en el cielo y todo eso?.Pues también está en la tierra, respondió Exu, controlando otras funciones que le corresponden. La forma de vida que se encuentra en las aguas de las lagunas es tan particular, a diferencia de las aguas del mar y de los ríos, que a ella le competen.
No te asombres si además te digo que en algunos ríos, como el río Ewá, allá en África, también está ella, y se la nota en el sonido que hace el agua al correr por encima de los cantos rodados y rocas que afloran en la superficie. Ese sonido, es el canto de Yewá.Casi eufórico, el duende fue al encuentro de Yewá, sentándose a su lado, a conversar.Ella, vestida con ropas rojas de la noche y lunares amarillos de la luna, sostenía una calabaza, cubierta de paja.
Curioso, el espíritu de la floresta americana, preguntó por aquel artefacto, a lo que la hermosa diosa le respondió que en ella tenía guardados todos los misterios del mundo y de la vida.
Ni la piedra de cuarzo rosa ni las tres pulseras, una de oro, otra de plata y la tercera de cobre, que Exu regaló en ese instante a Yewá como forma de acercarse y participar en la charla, no fueron presentes suficientes para que la belleza le diese lugar, así que lo único que nos llegó a los hombres de ese encuentro, fue lo que escuchó Exu y fue dicho antes.
Cuando se alejaba Exu, llegó a escuchar también algo que decía la diosa, referente a su gusto por los animales de color negro, excepto, claro, las famosas gallinas. Ellas, de ningún color.
Pronto a amanecer el día nuevo, Yewá se irguió en todo su esplendor de belleza negra escultural, alta, delgada, misteriosa; abrazó al duende, y desapareció en las aguas de la laguna. Allí fue recién que éste pudo ver nuevamente a Alfa y Beta de la Cruz del Sur en el cielo sertanejo.
La armonía del vodun – orixá, estaba conjugada en el Sur. Los ojos de Yewá vigilando nuestra tierra. Rin ro!, o: Hin ho!, o: hin ro!, que fonéticamente es una expresión yoruba indicativa de asombro frente a la belleza, saludo popular para Yewá en el culto a orixá.















Numo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

BATUQUE


¿Hasta donde se han respetado los posibles 150 de Batuque en este Sur americano?

Batuque o batuke, como más guste, y capaz que hasta batucajé y/o batucada.
Todo ellos, términos de referencia a la percusión rítmica con varios instrumentos de “idea” africana, readaptados a los materiales riograndenses del Sur de Brasil y a las culturas pertinentes que allí prosperaron.
Negros libertos al principio, si, y hasta ellos, de generación en generación en lo que se refiere a la transmisión del culto a Orixá. Luego de ellos, se suman varias razas más, (dos o tres, en realidad, y mezcladas), y deja de ser hereditario biológico o familiar, para pasar a ser una forma religiosa y cultural absolutamente cosmopolita y generalizada, que da lugar y cabida a quien sea, siempre y cuando su inclinación está adecuada al culto en sí.

Esos negros libertos, de hace aproximadamente 150 años, sin dudas que en sus migraciones interiores, supieron llegar al Sur Riograndense, y allí concretar aleaciones con los oriundos de la zona. Desde ese entonces, es que se nota la interrelación entre la diversidad que expone el culto a Orixá. Los ex esclavos del Norte y el Nordeste brasileño, imprimen su influencia, sobre los basamentos de quienes ya oficiaban su forma de fe en Río Grande del Sur y en San Pablo.

Batuque.- es probable que sea la forma religiosa así reconocida, la que realmente da lugar al concepto de “nación” (de santo, por supuesto), con el que hasta hoy día se reconoce dicha nomenclatura, desprendiéndose de los grupos principales de los esclavos llegados de Africa: Nagó, Fons, Angoleños, Congoleses, etc., más que en el mismo Nordeste de Brasil, que fue a donde llegaron los primeros.

Batuque.- Quizás también a expensas del criterio de Batuque como forma de expresión ritual, se deba el hecho de que los varones salgan a la “rueda” , o la “gira”, como nunca había antes acontecido en el Africa natal, donde la danza ritual y litúrgica estaba reservada casi con exclusividad a las mujeres, salvo rarísimas excepciones.

Batuque.- Término etimológicamente bantú, que se prestó en su consecuencia americana para reunir a varios pueblos y sus descendientes, amalgamando una nueva y mezclada (gracias a Olorum!) Africa en América.


Numo.-




"Sinto o som do batuque nos meus ossos,
o ritmo do batuque no meu sangue.
É a voz da marimba e do quissange,
que vibra e plange dentro de minh'alma,
- e meus sonhos, já mortos, já destroços,
ressuscitam, povoando a noite calma."

Geraldo Bessa Victor, Angola

"O Feitiço do Batuque"

sábado, 21 de marzo de 2009

LAMENTO SERTANEJO

EL SEÑOR DE LA JUSTICIA

Algunas veces, y en algunos lugares visitados, he podido apreciar que el oxé de Xangô, sobe todo en los casos en que usa dos oxé, es o son reemplazados por dos martillos; símbolo de la última palabra de un juez de tribunal, en la sociedad occidental.
Con este matillo los jueces muestran su poder y capacidad para determinar que hay de cierto o errado en un litigio, en una demanda, en cualquier situación legal civil o penal, donde dos o más partes exponen sus razones. Sobre la base aceptada social y culturalmente de la posición imparcial de un juez, se presupone que su dictamen será por sobre todo, respaldado por la verdad. Y dicha verdad surgirá de los fundamentos de los litigantes, cada uno con la suya supuesta.
Esa figura sólida, aceptada por la sociedad y sus leyes, llevó al sincretismo a asociar a Xangô, con la idea de Justicia. Por ello, justicia es la consecuencia de la verdad demostrada a fuer de argumentos. Y fundamentos.
Claro que, a diferencia del juez occidental, el juez Xangô, cuando “baja el martillo”, dictaminando y también sentenciando al culpable, así como indemnizando al damnificado, se valdrá de sus propias leyes, siempre naturales, de la Naturaleza: el rayo, el fuego, la roca, la piedra.
Y las armas de la sentencia, por tanto, serán esos elementos ejecutorios mencionados.
Desde su energía devastadora, ejecutará la Ley sin remilgos, sin atenuantes, tarde o temprano.
¡Pobres de aquellos que pretendan usurpar o defenestrar a la sociedad, si caen en manos de las leyes de Xangô! ¡Nadie, absolutamente nadie, quedará inmune ni escapará a su Juicio!!

Una de las mayores características de ese Xangô, es que nunca soporta las disputas por el Poder, y menos por el Poder inventado a causa de intereses cubiertos, escondidos bajo el pretexto de una Religión.
Xangô prefiere perder todo lo material, antes que la dignidad…por eso, también es duro y cruel en lo que a ejecución de su sentencia se refiere, cuando la dignidad es atacada, vilipendiada, en pos de viles intereses banales, aunque intenten adornarlos de arrogancia, vanidad y prepotencia, que es lo que conlleva a creerse draconianamente dueño de la verdad al hombre errado, o malo, o ruin, o tramposo, o ladrón.
Protector natural de los engañados, de los estafados, hace que su fuego y su rayo y su piedra, caigan sobre la cabeza, o la casa, o la familia, inclusive, del malhechor. Y eso es infalible!!!Sin duda alguna, pronto.. MUY PRONTO en el tiempo y el espacio, los falsos profetas, los falsos reyes y los hipócritas que secunden la intención, verán destruidas sus vidas, tanto en el consenso religioso, como en lo más notorio de su andar terreno, material y familiar!!!!!
















Numo de Xangô

martes, 17 de marzo de 2009

atabaque



A Bahía llegó con los negros africanos, en idea, pues en la realidad, no traían ni ropa, casi. Solo hambre, dolor, miseria humana. Pero en la cabeza y el corazón, venía con ellos el Orixa, el tambor, la danza, el ritmo, y… cierta sed de venganza y cierto sabor de rencor.
Por eso, así tal cual como en su África natal, fabricaron en cuanto pudieron y llenos de artimañas, los tambores africanos en América, en Salvador, ese
Salvador que no los salvó de nada, excepto de la posibilidad de no olvidar, a fuerza de rabia y nostalgia, su vida africana.
Dice Galeano que al negro le sacaron todo, menos el tambor, y que él supo imponerlo haciendo vibrar la barriga del blanco, y sobre todo de la blanca.
Madera y cuero.
Para el baile, una especie de madera, y un tipo de cuero.
Para el ritual del Orixa, otras especies de
maderas, y cuero de otros orígenes animales.
En el terreiro de Candomblé Ijexá Bahiano reciben el nombre de rum, lé y rumpí.
El rum es el del sonido grave; grande, más gordo que los otros dos. El rumpí es mediano, y el lé es más pequeño que sus compañeros y tiene el sonido más agudo.
Los tres conforman un equipo, un “set” rítmico conocido como Ilú.
El ritmo que de ellos sale en su conjunto, está basado en un profundo conocimiento polirrítmico: los toques.
En Ijexá, esos toques son logrados con las palmas de las manos de quien sabe, con sus dedos, en una variedad increíble de sonidos. Cada uno con su nombre y significado.
Sólo el ogán alabé sabe realmente ejecutar apropiadamente esos ritmos en honor a los Orixa.
Quien quiera saberlos también a ciencia cierta, que recorra el caminito que lleva a la jerarquía de ogán,
y quizás llegue a conocer algo, mucho, pero nunca todo lo que el atabaque, o atabal, o tambor, encierra en su cavidad consagrada a determinado Orixa.
Y el que no, que se joda.
El “charutón”, o gordo, o grande, o Rum, con sus secretos y sonido mágico.
El Elogidam, también grande, no tan gordo, también Rum, con los suyos propios.
La consagración espiritual que expresan en su sonido, surge del poder mágico que poseen, siempre a manos de un jerarca experto.
El otro secreto, está en su fabricación, muy casera, muy de Ilé Axe. Y depositado en el conocimiento ancestral del artesano.
Esos “padrinos” que cuando se acercan al terreiro al ser batidos los instrumentos por él fabricados, quien sabe, quien conoce, no lo saluda, para que pase desapercibido, ayudando así a guardar y conservar un poco más el secreto original.
Los que entonan los cánticos para el Orixa, al ritmo del Ilú, no gritan, no desentonan, mujeres, de sabiduría, ideal para esa función tan noble y litúrgica. Con buena voz, con corazón. Y buena memoria yorubá…
Ese conjunto de percusión y voces apropiadas y correctas, es lo que logra que el caminito del Orixa invocado se abra, desde su reino al terreiro.
Quizás, ese sonido percutorio sea la voz real de algunos orixa…
La iniciación de los verdaderos Ogán comienza a los ocho o diez años de edad, y esa iniciación se mantiene durante toda su vida, cada día aprendiendo algo más, que de pronto es transmitido desde el propio ritmo, pero con fundamentos lógicos, no con la ilusión, imaginación o fantasía de creer que es.
Lo peor que sufre el Ogán, es la mirada de la asistencia, embelesada por el ritmo. Así y todo, d
ebe sonreir o enfurecer, pero sin mirar a nadie.
Por eso, y por otras cositas que me reservo (quien quiera que se inicie, donde corresponde y en forma legal) es que los Orixa, al montar a sus Omo, lo primero que hacen es ir a saludar el Ilú.
Míticos; expresivos; contundentes.
No son para “tamboreros”; y menos, para aquellos de ellos que cobran dinero, creyendo, engañándose o engañando, que están recibiendo “axe” por su toque. No; el axe verdadero del Ogán está presente a los pies del “altar”, en forma de ofrendas, mucho antes de él empezar a acariciar con sus manos íntegras, los cueros del
tambor.

Numo, el que sabe de ilú Ijexá.
(no doy clases; no quiero; no se lo merecen, quienes hablan esta lengua)
Babalaô Numo t'Xangô
( y los "tereré" que me confunden con Arjona, se pueden ir a desrespetar a sus madres!)

martes, 3 de marzo de 2009

lunes, 2 de marzo de 2009

LA 9, LA 11; LOCURA Y CAMBIO

INHASSÃ (Yansá; Iansá)

Dueña de los rayos y del fuego; Diosa de la espada de fuego; dueña de la pasión; y también de los ciclones, huracanes, tifones, vendavales; hasta los remolinos le pertenecen. Poderosa guerrera, que también comanda a los muertos -los egun-, de los que es su madre celadora, guiándolos en los cementerios para que se dirijan hacia la evolución, y ahí -también entonces-, señora de los cementerios.
Por su pasión, rige en la naturaleza al viento que, por los cambios de temperatura, puede transformarlos en
brisas refrescantes o el viento caliente que luego se metamorfosea en huracán.
Por su viento, su música está en los árboles, en el silbido dentro y a través del cañaveral, en el batir de los vestidos al viento, y hasta el ondear de los cabellos.
También naturalmente, incendio, devastación por el fuego; lava volcánica que destruye, dando lugar a un reciclaje de la vida.
La electricidad espontánea del rayo, con su color azul inexplicable; más entendible, la llama de una vela, en la cual ella también tiene su participación.
Choque eléctrico… casi pasión, cuando no mata, y cuando mata también.Celosa y comprobadora de actitudes humanas.
Pasión: violenta o no; con atisbos de locura, o no; Lo voluptuoso, el orgasmo; el deseo escondido y el arrebatado de fuego, de calor. Razón y sentimiento
enfrentados en su forma de pasión. Poseer… deseo de poseer; deseo sexual, deseo de guerra, deseo de conquista.
Líder de las mujeres; creadora del Gelèdé, junto a Nanã…Ese eruexin que dirige a los muertos y que retumba en el aire, en una emulación del viento sagrado! Cola de caballo, prendida a un cabo grueso de bambú.
Pasión de Oxaguia, de Ogum, de Exu, concubina y seductora de Oxxose; la única que pudo sacar a danzar a Obaluaié, descubriendo su rostro hermoso, al retirar las pajas que lo cubre, en el torbellino apasionado de su danza. Para quedar con Xangô, su hombre, su amante, su novio, su guerrero, su socio en el fuego y en la guerra, en el lecho de la pasión amorosa y desenfrenada.
Para Ogum, fue su gran pasión; de él aprendió el uso de la espada, luego, se fue, a los brazos de Oxaguia, que le dio el escudo… y ella partió.
Los misterios de la magia del fuego, los aprendió por los caminos, con Exu.. cuernos van, cuernos vienen, se separaron… cada cual con lo suyo y sin rencor.
En el bosque, en la selva, en el matorral, aprendió a cazar, a sudar el sudor húmedo de la floresta, en la caza y en la cama… arco en mano y piel de búfalo sobre el hombro, se fue de Oxosse…
Con la magia aprendida de Exu, sedujo al mozo Logunedé, que le enseñó a pescar, y ella a su vez le mostró como tratar a las cuatro estaciones, según los vientos y según el calor.
Danzó con Obaluaié, y él le enseñó a danzar con los muertos…
Y llegó al reino de Xangô. Amantes ardorosos ellos; violentos guerreros, de espalda con espalda y frente con frente; cómplices en la magia y en el ritmo. Una vez de haberle robado una pizca del fuego sagrado que se escupe por la boca, se enfrentaron en
lucha. Lucha ágil; lucha fuerte; lucha orgullosa, que terminó con sus cuerpos rodando por el suelo en la más arrebatada de las pasiones sensuales jamás vistas. Para siempre. Corazón y sangre; músculo y contorsión; mente y pasión, con pasión irracional, al unísono.
La dama del atardecer, y en particular del ocaso de los miércoles.
Cobre en cuello, brazos y tobillos, y también en la espada ígnea.
Multicolor Inhassã, que prefiere de entre ellos, el bordeaux, el rojo y el blanco, a veces el marrón.
El hígado y la sangre están siempre bajo el influjo de ella.
Ese hígado que no se ve alterado, y esa sangre que sí se altera, los días 4 de Diciembre, frente al delicioso acarajé en su honor, por ella, y para ella.
Y esas mariposas!! Que hacen cosquillas en la panza, cuando la pasión se acerca… también le pertenecen.

Ella trabaja en caminos profundos, siempre presente, siempre en movimiento.
Actúa en caminos dramáticos, con truenos y rayos.
Ella ampara, ella no perdona. Y se torna indiferente al no perdonar.
E… Pa Hei! Inhassã!

Oyá, Señora de los vientos, rayos y tempestades, haz que mi vida esté siempre llena de gracia y luz…
Oyá, Señora de los nueve hijos, mujer de nueve destinos, confórtame y acaríciame, cuando preciso de un hombro amigo!!!
Oyá, Diosa guerrera, en mis tantas luchas ella me da energía, me estimula a luchar por una vida mejor…
Oh!, soberana reina de Oyó, oh!, espléndida
doncella de Ketu, que al gran señor Xangô le dio de presente el Mundo, así como divinidad pura, magnánima, audaz, haz de mi, un ser humano mejor en lo que pueda desear; una persona más justa para que pueda soñar, y dame una luz para el camino de aquellos que necesitan de mi!!!
Oyá, bendice a mis amados amigos, y dales felicidad y alegrías múltiples como los rayos que atraviesan los cielos!!!

Numo