

El no y el si tienen sus razones históricas. No se trata de una simple concordancia o un rechado al sabor de la voluntad personal o colectiva, desprovista de contenidos significativos, y si de las acciones de fuerzas poderosas, constructoras de los hechos, como resultado de las relaciones y tensiones densas o armónicas de los actores sociales. Así, nuestro Emperador le mandó “decir al pueblo que me quedo”, en un episodio de afirmación, o sea, el si, que entró en la historia como el “Día del Me Quedo”. Pero

Los tentáculos de la opresión operan milagros nefastos, crueles, y muchos, sobre este espectro de odio, del dolor y de la persecución, en la tortura, en fin, dijeron no o talvez si? Caetano cantó es “prohibido prohibir” diciendo que la “madre de la virgen dijo que no”.
Pero lo que puede sonar como una inoportuna “lengalenga” se justifica para abordar lo que sigue. Desde hace mucho el cuerpo religioso del segmento de la matriz africana se escondía en un “no”, y para un ejercicio razonable de los rituales sagrados del Candomblé, se buscaba un “si”, la posible realización, ocultándose en el “sincretismo”, un disfraz en tiempos opresores.

Sería inusual en este contexto histórico, que muchos afirmaron ser católicos. Pero en última instancia, el día de la plena asunción, diciendo "alto y claro" su convicción religiosa real, llegó. Reunidos en el Teatro Gil Gláucio, coordinado por el Colectivo de Entidades Negras (CEN) y la Superintendencia de Difusión y Colectivo de Derechos Humanos (Superdir)) lanzó la campaña ¿Quién es de Axé dice que lo es!

El lanzamiento de la campaña Quién es de Axé dice que lo es! Fue conmemorado con alegría, un grupo de Iyalorixás y Babalorixás presentes, vibraron en cortejo. Creo que para Marcos Rezende, coordinador general del CEN, y demás nobles fieles realizadores y colaboradores, el momento es de grande y amplia divulgación, por eso, me sirvo de este espacio para dar la “buena nueva”. Llegó el momento del “si vencer al no”, el momento de asumir, sin recelo, lo que la ley y la fe nos permiten.
De este modo, cuando un muchacho o una muchacha del IGBE golpeen en su puerta, recíbalo bien, con educación; dele agua fresquita, pues su tarea es ardua; sírvale un cafecito, hecho en el momento; quien sabe, bizcochos, banana frita o acarajé y abará. Ofrézcale asiento, y al ser interrogado sobre su religión no tema, diga y repita, para que oiga bien y con claridad: “Mi negro, mi negra, yo soy hijo de Oxalá. Mi hijo, yo soy del Candomblé, soy del Axé, y usted? Anote ahí. Que Él mismo te proteja y te libre de las horas malas. Vé en la paz de Oxalá. Que Él mismo te bendiga a tí y a los tuyos, recordando y estando!” Pero aproveche también para participar, en caso de que su tiempo lo permita, de los grupos de gestión del Censo. Hay, inclusive, la posibilidad, creo, sin mucha certeza, de responder en la propia sede del IGBE. Busquen en el CEN para confirmar

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